Tapachula, México – Una nueva caravana de aproximadamente 1,500 migrantes partió este lunes desde la frontera sur de México, desafiando las recientes declaraciones del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum. Este grupo, compuesto mayoritariamente por venezolanos, inició su travesía desde Tapachula, en el estado de Chiapas, con la esperanza de llegar a Estados Unidos antes de que Trump asuma la presidencia el 20 de enero de 2025.

La caravana, que también incluye migrantes de Colombia, Haití, Cuba, Centroamérica y regiones más distantes como Medio Oriente, avanzó 26 kilómetros en unas 10 horas continuas hasta llegar a Huehuetán, donde se dividió en dos grupos. El contingente mayoritario continuó su camino hacia el municipio de Huixtla, mientras que el segundo grupo se quedó a descansar en el parque de Huehuetán.

Los migrantes han decidido viajar en caravana debido a la inseguridad, los secuestros y las extorsiones que enfrentan en sus países de origen. Joswes Linares, un venezolano que forma parte del grupo, explicó que prefieren caminar en grupos por mayor seguridad. "Nosotros tememos que cierre la frontera porque la cita de asilo a Estados Unidos se demora de seis a siete meses. Muchas personas tienen suerte, sería peor para nosotros esperar", comentó Linares.

La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, aseguró la semana pasada en una llamada con Trump que, gracias a las acciones de México, las caravanas "ya no llegan" a la frontera con Estados Unidos. Sin embargo, este nuevo grupo de migrantes demuestra lo contrario. Trump, por su parte, ha prometido imponer aranceles del 25% a los productos mexicanos si no se frena la "invasión" de migrantes y drogas.

La situación en Tapachula es crítica, con miles de migrantes varados sin oportunidades de empleo ni recursos para continuar su viaje. Daimer Valor, otro venezolano en la caravana, pidió ayuda a la presidenta Sheinbaum para que les permita avanzar a Ciudad de México, ya que en Tapachula no hay oportunidades de empleo como ha prometido el gobierno.

Anilka, una venezolana que viaja con sus dos hijos, expresó su temor ante el posible cierre de la frontera por parte de Trump. "En Venezuela hay una crisis horrible, ya no podemos estar en nuestro país, por eso decidimos migrar. A Donald Trump le pedimos que nos deje pasar antes de que cierre todo. Nos arruina nuestros sueños y el futuro de nuestros hijos", declaró Anilka.

La caravana ha generado diversas reacciones en la comunidad internacional. Mientras algunos ven esta movilización como una búsqueda legítima de mejores oportunidades, otros la consideran una amenaza a la seguridad y la soberanía de los países de destino. La situación sigue siendo tensa y el futuro de estos migrantes es incierto.

En conclusión, la partida de esta caravana de 1,500 migrantes desde el sur de México subraya la desesperación y la determinación de quienes buscan un futuro mejor en Estados Unidos. A medida que se acercan las elecciones y la toma de posesión de Trump, la presión sobre ambos gobiernos para manejar la crisis migratoria aumenta.