Santo Domingo, 14 de octubre de 2024 – En medio de una creciente crisis migratoria, el gobierno de la República Dominicana ha intensificado las deportaciones de haitianos, una medida que ha recibido un amplio respaldo de la población dominicana. Según datos oficiales, casi 11,000 haitianos fueron deportados en una sola semana, lo que ha generado tensiones diplomáticas con Haití¹.

El presidente Luis Abinader anunció el 2 de octubre un plan para deportar hasta 10,000 haitianos por semana, argumentando que el país enfrenta un "exceso de población migrante" que afecta a las comunidades locales¹. Esta política ha sido presentada como una medida necesaria para controlar la inmigración y mantener la seguridad y el orden en el país.

Diversas encuestas indican que una mayoría significativa de dominicanos apoya estas deportaciones. Muchos ciudadanos expresan que la presencia de un gran número de inmigrantes haitianos ha generado problemas económicos y sociales, y consideran que las deportaciones son una solución adecuada para estos desafíos¹.

Sin embargo, esta política ha sido fuertemente criticada por organizaciones de derechos humanos y por el gobierno haitiano. La ministra de Relaciones Exteriores de Haití, Dominique Dupuy, calificó las deportaciones como una "estrategia de limpieza étnica" y una "campaña discriminatoria" basada en la nacionalidad y el color de piel de los haitianos¹².

A pesar de las críticas, el gobierno dominicano ha defendido su postura, asegurando que las deportaciones se realizan bajo estrictos protocolos que garantizan el respeto a los derechos humanos. No obstante, han surgido denuncias de brutalidad policial y violaciones de derechos en la frontera¹.

El apoyo popular a estas medidas refleja una preocupación generalizada por la seguridad y la estabilidad económica del país. Muchos dominicanos creen que controlar la inmigración es crucial para el bienestar de la nación y respaldan las acciones del gobierno en este sentido¹.

La situación sigue siendo tensa, con Haití solicitando una reunión urgente en el Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para abordar el tema. Mientras tanto, las deportaciones continúan, y el debate sobre la inmigración y los derechos humanos sigue siendo un tema candente en la República Dominicana¹².