Recientemente, un niño de 11 años fue arrestado en el condado de Volusia, Florida, después de amenazar con llevar a cabo un tiroteo masivo en una escuela secundaria. El niño, identificado como Carlo ‘Kingston’ Dorelli, había compartido una lista de posibles víctimas y mostró un arsenal de armas de airsoft, munición falsa, espadas y cuchillos a sus compañeros.
El sheriff del condado, Mike Chitwood, destacó la gravedad del asunto y compartió públicamente las imágenes del arresto del niño, quien fue esposado y escoltado por los agentes. Chitwood subrayó que no tolerarán amenazas que pongan en riesgo la seguridad de los estudiantes y que difundirán los nombres e imágenes de quienes perturben las escuelas.
El caso ha reavivado el debate sobre la violencia armada en Estados Unidos, especialmente en las escuelas, y la necesidad de tratar con seriedad cualquier amenaza, incluso si se considera una "broma".
El arresto del niño ha generado un intenso debate legal y ético en Estados Unidos. Por un lado, algunos apoyan la decisión del sheriff de exponer públicamente la imagen del niño, argumentando que puede servir como un disuasivo para otros menores que podrían estar considerando acciones similares4. Por otro lado, muchos critican la medida, señalando que exponer a un menor de edad de esta manera puede tener consecuencias negativas a largo plazo y que se deben proteger los derechos de los niños.